Ayer sábado al mediodía caminando por Corrientes entré a una galería en que hay una librería especializada en cine, estaba cerrada, pero viendo en la vidriera los títulos de los libros encontré uno que se llama Culto a la Luz, una autobiografía escrita por por Sven Nykvist, el que trabajó en todas las películas de Bergman y en muchas otras.
Yo soy un poco reacia, no sé bien porqué, mucho más desde uso una camara de fotografía analógica a utilizar cualquier tipo de flash o luz artificial, al retoque como si eso profanara algo del mundo de esa imagen. pero en términos de filmación y sets de filmación no tengo muy claro como resolver ese tema de la naturalidad que prefiero.
Buscando en internet algo sobre el libro encontré algunos articulos muy interesantes que revelan las conversaciones de Sven y Bergman respecto de la luz y su naturalidad y busqueda estética. Trascribo debajo algunos párrafos que me parecen muy interesantes
“Como profesional soy humilde y perfeccionista. La humildad la aprendí de Albert Schweitzer; tener paciencia y salirse con la suya sin levantar la voz. Y fue él también quien me proporcionó mi primer lema,
“No cabe duda de que fue Ingmar Bergman el que me enseñó a sentir veneración (respeto, gratitud) por la luz, la luz real, verdadera y viva. (...) Fue trabajando con aquellas películas en blanco y negro (Como en un espejo, Los comulgantes, El silencio, Persona) y luego en las películas en color (Pasión, Gritos y susurros). Veo estos seis títulos como puntos de referencia en mi camino hacia el descubrimiento de la luz...”
La relación de Bergman-Nykvist-
Sin embargo, es en sus siguientes cuatro títulos, todos ellos filmados en blanco y negro, donde su estilo adquiere cartas de nobleza: desaparece cualquier luz ilógica, pero las imágenes conservan una belleza difícil de explicar. Todo se reduce a la máxima sencillez y de ahí nacerá el eslogan de Nykvist para el resto de su carrera: “less is more” (menos es más).
“Fue también Bergman quien despertó en mí el interés por los rostros, y sus constantes cambios en los rasgos y en las miradas. La verdad suele anidar en los ojos del actor. Si muestran los ojos, desnudan su alma. Un rostro expresivo pude por sí mismo contar una historia. Una mirada puede decir más que mil palabras, parfraseando esa frase por la que obviamente tengo la mayor simpatía, incluso en su forma original. Si el actor es bueno y la química funciona, cabe arrancar su belleza interior, eso es pura magia...”
De los cuatro títulos que forman el “arco de la luz” de Nykvist y Bergman, el primero de ellos (Como en un espejo) supuso el primer gran desafío técnico, al rodar casi exclusivamente en amaneceres y atardeceres con las películas escasamente sensibles de la época. En Los comulgantes Nykvist inventó la luz indirecta, rebotando los focos contra unos bastidores de madera con papel vegetal, un tipo de iluminación que luego se ha utilizado casi continuamente para fotografiar rostros delicados. El silencio supuso un paso más en la valoración de las imágenes y de su sencillez, máxime si tenemos en cuenta que en la película apenas hay diálogos. En Persona el trabajo de cámara también se extendió a la composición, ya que es una película casi enteramente filmada en planos generales y primeros planos, con total ausencia de planos medios.
“No recuerdo a quien se le ocurrió la expresión
La llegada del color al cine de Bergman fue tardía y meticulosamente estudiada, hasta el punto de haber realizado numerosas pruebas con la reproducción de los rojos (como representación del alma de los personajes) antes del rodaje de Gritos y susurros. Ganar el Oscar a la mejor fotografía por primera vez (luego repetirían con Fanny y Alexander) fue uno de los muchos reconocimientos a la labor de investigación de este dúo incansable.
Hoy se recuerdan muchos momentos del cine de ambos. Muchas imágenes. Quizá Nykvist no quiere tener un estilo, aunque sus películas se reconocen, incluso cuando filma en Estados Unidos (los crepúsculos de El cartero siempre llama dos veces, la oscuridad de La insoportable levedad del ser, la luz lógica de Hannah y sus hermanas).
Luego la edad y una sordera galopante, que le ha propiciado no pocas discusiones con el mismísimo Bergman en más de un rodaje, le han obligado a abandonar el cine activo. Ya sólo quedan sus imágenes y ahora, en papel, también gran parte de sus experiencias, que como en el caso de la propia autobiografía de Ingmar Bergman, son libros que merece la pena releer de vez en cuando: ayudan mucho más que voluminosos manuales lo que es el cine... y la vida.
“Bergman en su libro "Imágenes"tuvo la amabilidad de escribir: "Si alguna vez echo en falta el trabajo cinematográfico, es sólo la colaboración con Sven Nykvist lo que echo en falta
4 comentarios:
Aca viene un mechón de pelo en el suelo, un grito en la multitud perdido cómo el de un adolescente frente a un Jhon Lennon. Eso me provoca este escrito. Me maravilla cómo hablan de la luz y ni decir lo que hacían de ella. Me encantó Laura, muy bueno. Un abrazo. Merci
Yo de vuelta. Quería poner algo de lo que me gustó mujer con ojos y este espacio de la luz me pareció un buen lugar. Otro abrazo. Merci
Hola:
Gracias por el comentario!!! Estuve viendo tus publicaciones, junto con mi hermana.
Me gustó mucho el video que hiciste, titulado SIMULACRO.
¿Por dónde lo filmaron? Me encantó la parte en la que se muestran las instalaciones abandonadas.
¿Es tu voz, la que escuchamos?
Saludos!!!!
Max.
gracias chicos por pasar, simulacro está filmado en una estación de trenes en Maipú, es el lugar donde se reparaban las máquinas y sí la voz es mía.
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